Cuando amamos, el corazón del otro es un tesoro, y cuál piratas, queremos arrebatar ese tesoro sin importar si tiene dueño o no. Nos atrae el amor clandestino, secreto, porque el amor complice se hace más fuerte, más nuestro, y solo nuestro. La complicidad es un guiño, una aventura, y al amor le encanta la aventura.