Abrir los ojos y no sentir, aquél dolor que me marcó, que no me enseñó y sólo me defraudo. No hay amor que sea excusa para tanto sufrimiento, no hay sonrisa que salve lo que siento, ya no hay nada, no queda nada. Ni siquiera quedan fechas que me hagan motivar, solo ausencias que no quiero recordar. Y ni la pasión es la misma, es algo desgastado y maltratado que sólo quiere morir. Pero no hay paz en ningun lugar, ya no encuentro felicidad, no hay por qué. Y aunque quiero sonreir, mirar el pasado y sonreir, sólo logro recordar cuánto te amé mientras vos no sé que hacías. Porque ni siquiera me queda la seguridad de que me amaste, y ¿cómo voy a saberlo si no puedo conocer el por qué de la separación? Eres sólo un recuerdo, de una persona noble, a la cual amé. Y ahora abro los ojos y siento, ya no hay dolor, pero si un recuerdo. Una enseñanza que me mostró que no hay por qué llorar, es el momento perfecto para sonreir e intentar ser feliz, con lo poco que no me diste, lo poco que no valoré.