Debo admitir que nunca pense terminar así, todo así. Me duele, me lastima, me deprime. Ya no sé si extrañarte o amarte, tampoco sé si debo odiarte. Son muchos sentimientos que se me mezclan, me confunden. Estoy segura de que nunca más quiero volver a equivocarme con vos, ya que vos no sos más que eso, una equivocación, pero a la vez, no paro de pensar en la falta que me hacés, en lo mucho que te extraño, y las ganas que tengo de decírtelo. Y me pone peor guardarme todo esto, desde mi amor a mi odio, desde mis alegrías a mi dolor. Y no sé por qué tengo miedo, miedo a lo que pueda pasar después de decírte todo, expresar cada uno de mis pensamientos en palabras, en hechos. Me matan las ganas de hablar, de gritar, de darte a entender que esto me sobrepasa, me está matando. Pero por ahí, vos no ves que yo te amo, y que daría todo por olvidarme de vos, dejarte atrás, borrarte completamente de mi vida, ignorarte casi por instinto. Definitivamente, no hay nada que me gustaría más, pero sé que no puedo. Sos alguien muy importante en mi vida, y no te quiero hacer un lado, porque ya formás parte de mi, de mi vida, de mi mente, de mi corazón, de mi cuerpo, de mi piel, de mis sentimientos, de mi amor, de cada uno de los días que restan de mi vida.