No, mi vida, para qué te esfuerzas? No me tienes que explicar, siempre amaré tu libertad por mucho que eso duela. Y si, entiendo que quieras hablar, que a veces necesitas saber de mí, pero no sé si quiera saber de ti, vivir así, seguir así, pensando en tí. Suelta mi mano ya por favor, entiende que me tengo que ir, si ya no sientes más este amor, no tengo nada más que decir.