Siempre serás el que me llena el alma, pero siempre tan lejano como el horizonte.
Grito en silencio tu nombre en mis labios, y sólo queda el eco de mi desengaño. Y sigo aquí con ganas de seguirte amando, será como tú quieras, pero así será. Si aún tengo que esperarte siete vidas más, me quedaré colgada de este sentimiento. ¿Será que tanto amor acaso está prohibido? Yo sigo aquí muriendo por estar contigo. Sigo caminando por esta cuerda floja, llendo atrás de tu huella convertida en tu sombra, a presa del amor que me negaste un día. Sigo contando los segundos que pasan por verte, sigo haciéndote culpable de mi propia suerte.