No nos amarguemos por errores de nosotros mismos, basta con afrontarlos, basta con no ser cobardes, el cargar todo lo dicho y hecho con la frente en alto, dejemos que sea algo que fluya, dejemos que en ocasiones las acciones sean las que nos guíen a tomar decisiones, para que no sea todo un cambio brutal, para que seamos fuertes, capaces, resistentes, para que se muestre nuestro verdadero camino a la felicidad, nuestro verdadero camino para despertar de este sueño.