¿Estás vivo? ¿No te has muerto aun de indecisión, de estupidez, de aburrimiento? Yo me obligué a estar viva. Me obligué a no pensarte, a cambiarte por otros en la imaginación, a confundir las pieles, los gustos, las texturas, a transformar muchos hombres diferentes en ti. Ninguno se da cuenta si pronuncio tu nombre, porque ninguno escucha… y estoy en mi emoción y en mi mente con quien me da la gana, y por supuesto da la casualidad, que "da la gana", es con vos.