Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir y al fin andar sin pensamiento... Promesas vanas de un amor, que se escaparon con el viento. Después...¿qué importa el después? Toda mi vida es el ayer que me detiene en el pasado, eterna y vieja juventud que me ha dejado acobardada como un pájaro sin luz. ¿Qué le habrán hecho mis manos?, ¿Qué le habrán hecho para dejarme en el pecho tanto dolor?