Nada de rememorar una y otra vez esa mirada aquel día, el roce de aquella noche o tus besos de cualquier momento en cualquier lugar. Olvidarte y sólo poder vivir de lo que tenga delante, de lo que realmente quiero vivir y a lo que quiero llegar a ser. Ojalá pudiera convencer a mi cabeza a olvidar. Y si no puedo, que sea a la fuerza.