Si estaba contigo era porque sin tí no hacía otra cosa que pensar en estar juntos. Eso no lo dudes. Nunca había necesitado de nadie. Soledad y yo siempre nos hemos llevado muy bien. Me gustan tus besos de menta y tabaco. Y tu cuello con sabor a Ralph Lauren. El remolino de la coronilla. La peca de tu muñeca izquierda. El valle de tu ombligo. Y tus dedos torcidos. Me gustan y siempre me gustarán. Y ahora parece raro, nunca volveremos a estar a menos de un metro de distancia.