Noche explotable del mes de Diciembre, y el verano asomando su vientre, un ego sobrevolando la atmosfera y la prudencia dentro de una bóveda. Una histeria innecesaria, así como descabellada, abandoné cuando te vi. Sentí estragos en el pecho del más loco frenesí, abundancia de promesas, y una súplica de ayuda para ir juntos a la luna. Pasional como sutil, me arrebataste el cielo y lo adornaste, y con el tiempo me enseñaste que es el amor, y que en la cama no hay restricción. Hoy se que no debe existir placer como admirarte reír. Nunca va a haber, otro hombre que me ame así. Si ves que hago todo a prisa, vas a ver una sonrisa cuando este por concluir. Lo hago para estar más tiempo donde siempre soy feliz, en tu espalda que este día, ha de ser anden del tren que me lleva hasta el edén. Y yo voy a sonreír, mientras las sábanas que cubren nuestros cuerpos no dejen escapar el fuego que se encendió por nuestras pieles haciendo fricción, arraigados de pasión, tendré que enterrarme en el sol, para volver a sentir ese calor.