No concordamos mucho. De hecho, casi nunca concordamos. Siempre nos peleamos, pero cuando lo veo se me olvida todo lo malo de este mundo y las razones por las cuales me había enojado con el, el no es perfecto, yo tampoco lo soy, me cuesta tanto entenderle y tiene muchos defectos, pero son esos defectos los que lo hace especial para mi. Y a pesar de nuestras diferencias, tenemos algo importante en común. Estamos locos el uno por el otro.