A veces las palabras no bastan. La vida es otra cosa. Hace falta hechos. Construir.

Puedo evitarte, puedo de hecho hacerte a un lado de mi vida como lo he hecho. No he dudado ni vos tampoco. Pero todavía estamos de alguna forma unidos. Y sólo esa noche bastó para yo saber que algo tuyo siempre quedaría en mí. Y te extraño, extraño tus besos, extraño la forma en que cerrabas tus ojos cuando respirabas mi perfume, la forma en que tus manos me recorrían como un camino sin fin, te extraño, a tu cuerpo, a tu forma de ser, a esos enojos impulsivos tuyos que a veces luego de horas sin hablarnos no encontraban sentido y volvías a mí, sin un perdón pero con esa sonrisa que puede derretir a cualquier mujer a la que quieras convencer. Que actualmente no nos hablemos, que no nos veamos no significa que te haya olvidado, mierda que no lo he hecho, ojala fuese así. Si fuese así me evitaría estos escritos y estos sentimientos encontrados que se chocan con mis pensamientos confundidos y desorientados. Quiero verte, y desesperadamente te escribo para no olvidarte, para tenerte siempre presente. Guardo este miedo de hablarte de un momento a otro, creo que me dejarás haciendo ese monólogo que tanto odio hacer, o que me hablaras con esas palabras que cortan cualquier buena onda que pueda existir en este universo. Y a mi que no me alcanza con tu recuerdo. No me queda otra que conformarme con eso.
Me enseño que nada es para siempre, que no siempre las cosas buenas terminan bien, que si se ama se entiende o de lo contrario algo anda mal, que un abrazo deja más que un beso, que por más que pase el tiempo cuando no hay nada que cambiar, las cosas quedan intactas, que se puede perder todo solo por dejar de lado el corazón, aunque ya este todo dicho siempre tomamos el lapso de que el tiempo decide mejor, pero a veces no decide, solo pasa, que aunque estés lejos, puedo sentirte cerca, que a veces las cosas se dicen sin pensar, y que no sirve alejarse de lo que nos hace bien, solo porque en un momento te hizo mal, porque a partir de ahí, ese momento se convierte en una eternidad. Y es por eso que hoy duele, porque entre tanto bien, me hiciste ver el mal, y eso es lo que mejor aprendí.