Lágrimas que anuncian conclusiones,
amigos que no dan sin recibir,
gritos que se esconden en canciones,
recuerdos que no son para escribir,
caras divorciadas con la vida,
tardes navegando en un café,
ellas que descanzan en la envidia,
como aquel mar que invita a ser infiel.
Enjaular a un grillo solo por llorar
dibujar el frío de un lamento
consechar sonrisas para regalar.